BLABLABLABLABLA

Ibas conduciendo a alta velocidad por una carretera secundaria.
La radio escupía una de esas canciones que tan pronto como vienen, se van.
Una voz chillona gritaba y gritaba. Si hubiera querido dirigirte la palabra, probablemente te hubiera pedido que bajaras el dichoso volumen, pero me daba igual.

Tú, tu coche y la música. Y el paisaje que nos rodeaba, también.
Pensé en leer, pero claro, en la guantera sólo encontré una fotocopia del seguro.
Muy típico de ti. Así que me dediqué a fruncir el ceño, para mostrar mi descontento.

Al final, carraspeaste y decidiste hablar. De nuevo, usaste ese tono prepotente que tanto odio.
- No entiendo por qué vas siempre enfadado con el mundo. De verdad.

Bufé y dije con los ojos "Tú a la carretera, anda. Y cállate de una puta vez".
También pensé en que tenías razón. Parcialmente. Antes muerto que admitirlo, eso sí.

Comentarios

  1. Por mas que tengamos que morir, nunca vamos a dar la razón!!!
    QUe andes bien!

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  2. No me extraña que odie al mundo, nos lo pone en bandeja.

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  3. "Antes muerto que admitirlo." Así nos va a todos...

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  4. El orgullo nos puede¿pero y qué?
    Me gusta mucho tu blog,te sigo;)

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  5. Semejante personaje lleva el seguro??no le pega demasiado :)

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  6. Y... tenía que pasar.
    Pásate por mi blog, tienes un premio. (:

    J.

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  7. Muy normal, el orgullo siempre acaba carcomiéndonos por dentro.
    Un beso :)

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  8. Oh maldito orgullo traidor que nos enreda las entrañas... Si es que es muy fácil decir que hay que ceder, admitir los errores. Pero es que hemos nacido tan jodidamente cabezotas, que sólo aprendemos cuando perdemos a alguien por culpa del orgullo.

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  9. Jajajaja. Ay, ¡los egos!


    ¡Saludos y mucho cariño desde Siberia! :D

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  10. jajaja que bueno!!! besazos

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  11. jajaja Menudo orgullo, me gusta!! jaja si puedes mirar este blog: http://camisetassueltas.blogspot.com/

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