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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Ari no quiere problemas demasiado complicados. Y éste lo es.

-Pablo. -Qué. -¿Olvidaste a Pat? -Claro que la olvidé. -¿Fué Fácil de olvidar? -Sí. -... -¿Qué? -¿Lloraste? -¿Qué? -Ya me has oído. -... -Lo tomaré como un sí. -¿Y qué si yo lloré o no lloré? -Eso lo decido yo. Ari no quiere problemas demasiado complicados. Y éste lo es. Éste es de los que se enamora.

Los problemas vienen bien de vez en cuando.

-¡Eh tú! -¿Qué coño quieres Pablo? -A tí, joder, a tí. La lluvia cae sobre ambos. Ari se mete bajo un portal, se sienta y saca un cigarro. -Bah. -¿Bah? Joder, Ari. Llevas pidiéndome algo bonito cien días. ¿Esto no te gusta o qué? -No me gusta nada, Pablito, nada. -¿Pero tú me quieres? -Sí. Pablo aspira el humo del cigarro de Ari. Luego se acerca. -Mírame-la dice. Los ojos negros de Ari le miran. -¿Qué? -Eres lo único bueno que me ha pasado este año. Eres mi suerte. Ari se echa a reir. Fuma un poco más. -Tú eres lo único malo, amor, lo único malo. Y le besa. Los problemas vienen bien de vez en cuando.

Pesadillas.

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Ter gritó. Una vez. Otra vez. Y hasta siete veces. Pat se levantó de la cama y la zarandeó hasta despertarla. -¿¡Qué coño te pasa!? El corazón de Ter iba a cienmil por hora. Bum Bum. Bum Bum. Pat la abrazó. -Ya está, ¿vale? Ter lloró hasta cansarse. Luego se tumbó en la cama y habló. -¿Nunca te has fijado que todo se va a tomar por culo siempre? ¿De que vale, Pat? ¿De qué? ¿De qué vale que gaste mi tiempo en tíos que se acabarán marchando? No existe nada, nena. No existen las cosas bonitas. Pat la acarició la cabeza hasta que se durmió. Luego se fue a su cama, y llamó a Erico. -Nena, son las seis de la mañana. -Tengo algo que decirte. -... -Quiero que lo nuestro sea diferente. -¿Diferente a qué? -Quiero ser lo que tu quieres. Al cien por cien. -Hoy lo eres. -¿Y mañana, mañana qué? Erico no supo que contestar.