Pesadillas.


Ter gritó.
Una vez. Otra vez. Y hasta siete veces.

Pat se levantó de la cama y la zarandeó hasta despertarla.
-¿¡Qué coño te pasa!?
El corazón de Ter iba a cienmil por hora. Bum Bum. Bum Bum.
Pat la abrazó.
-Ya está, ¿vale?
Ter lloró hasta cansarse. Luego se tumbó en la cama y habló.
-¿Nunca te has fijado que todo se va a tomar por culo siempre? ¿De que vale, Pat? ¿De qué? ¿De qué vale que gaste mi tiempo en tíos que se acabarán marchando? No existe nada, nena. No existen las cosas bonitas.
Pat la acarició la cabeza hasta que se durmió. Luego se fue a su cama, y llamó a Erico.
-Nena, son las seis de la mañana.
-Tengo algo que decirte.
-...
-Quiero que lo nuestro sea diferente.
-¿Diferente a qué?
-Quiero ser lo que tu quieres. Al cien por cien.
-Hoy lo eres.
-¿Y mañana, mañana qué?
Erico no supo que contestar.

Comentarios

  1. Me encanta este texto =) te Sigo :)

    ResponderEliminar
  2. Espero que sea diferente :)

    ResponderEliminar
  3. A veces, diferente no significa mejor. Pero seguro que lo será. Tiene que serlo ¿no?

    Saludos de colores =)

    ResponderEliminar
  4. Nadie quiere sentirse atado mañana, niña de Paolo. Ninguno sabe qué contestar cuando le hablas en futuro.
    Me encanta el texto.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. por lo menos Ter y Pat se tienen la una a la otra.

    ResponderEliminar
  6. Lo mejor es vivir el momento

    ResponderEliminar
  7. se tienen a la una y la otra y a ella misma

    No hay que ser lo que alguien quiera que somos

    genial texto

    y si todos se terminan iendo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Y tú, ¿qué piensas?

Entradas populares de este blog

La teoría del aguacate, por Amelia Diamond

La belleza o la soberbia