Dios es un marido virtual






Hoy jueves, hay un plato tridimensional de lentejas sobre la mesa. 

Remuevo con tal mala suerte que me mancho el baby despelujado. Suspiro con resignación e intento limpiarme con una de esas servilletas de papel ordinario. Hoy es mi cumpleaños. Madre Olvido vigila las hileras y los pasillos. Contempla las bocas obedientes masticar, y siembra el terror entre aquellas que desobedecen. Arrebata cucharas a las niñas al son de las Valquirias, forcejea con el ánimo guerrero de un combatiente herido en mil batallas, y aunque percibe el miedo enemigo, aparta su credo e introduce el cubierto en el lodazal para extraerlo rebosante, goteando crueldad. Los rizos de las niñas se estremecen, y sus labios se despegan imprudentes mendigando misericordia. Con la traición por bandera, la malvada monja aprovecha el descuido para introducir la cuchara hasta que su extremo roza las amígdalas de la víctima, y con un movimiento mecánico la coloca en vertical para arrancarla viva y reluciente.

No quiero comerme las lentejas. Aún me cuesta entender por qué hacemos cosas que no queremos.
–¡María! ¡Las lentejas, por Dios bendito!
–No me gustan.
–¡La de cosas que no nos gustan en esta vida, y hay que hacerlas!
–¿Como ser monja?
–Ser monja es una decisión muy personal que toman las personas que quieren seguir a Cristo y dedicarle su vida.
–Pero no podéis ser obispos, ni cardenales, ni Papa.
–Estoy casada con Dios, con eso me basta.
–¡Pero Dios es un marido virtual! No podéis tener novios, ni hijos, vivís encerradas con otras mujeres y seguís una religión que es machista y que denigra a la mujer hasta el punto de considerarla la fuente del pecado origi…
La cucharada de lentejas me pilla desprevenida. Es el turno de mi forcejeo. De tener nueve años. 
De tragarme mis palabras, las lentejas y acaso mi propia fe. 

Comentarios

  1. Soberbia entrada, de verdad. Parece como si tata gente cegada imperceptiblemente por su extrema fe quisiera extender ese hermetismo allá por donde van... Menos mal que ha quien ve un poco más allá... Me ha encantado ^_^
    Un abrazo :)

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  2. Si te pilla la "madre" Susana, te hace comer hasta la última cucharada... jaja

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  3. Y a mí que me gustaban las lentejas... No sé si seré capaz de mirarlas como antes

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  4. Como decía Terry Pratchett: El problema de tener una mentalidad abierta es que todo el mundo intenta meter sus cosas dentro. Pues lo mismo con la boca jajaja
    Saludos

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