Consejos para jóvenes estudiantes de Derecho



"Voy a dejar la carrera. Quiero hacer filología clásica, lo mío es el Latín y el Griego, no las fiducias, los poderes o la representación. Madre Amor me dijo que me contrataría en el colegio si decidía dedicarme a la enseñanza"

Lo último era mentira. Pese a mis propuestas indecentes, Madre Amor se había limitado a enarcar una ceja y a poner los ojos en blanco, a juego con la cofia que nunca llevó. 
Mi madre, la verdadera, me miró con incredulidad. Proseguí.
- No es lo que esperaba. 
Hubo un silencio.
- ¿Y qué más?- me preguntó al fin, con soberbia. La hybris de Esparta corre bien fuerte en las venas de esta familia.  
- Odio lo que hago. No soy feliz.
Puso los brazos en jarras pero no dijo nada. Me mordí el labio inferior. Ella suspiró. Un mes después estaba montada en un avión rumbo a Edimburgo para hacer un curso. Un curso de inglés jurídico que, además, me pagué yo.

Recuerdo que, para el viaje, me puse unas botas negras militares, medias azules eléctrico -era la moda, os lo prometo- y una camiseta con la bandera de Reino Unido. Encima, la chupa de cuero. Un conjunto subversivo para celebrar mi falta de determinación. Aterricé para darme de bruces con el Fringe, el conocido festival cultural de Edimburgo. Caminé por sus calles empedradas donde actores y actrices me ayudaron a arrastrar la maleta hasta la residencia de estudiantes. Sus uñas mordidas señalaron la estatua de Adam Smith. Bebí cerveza en sus bares hasta caer rendida, vi la cara de asesinos, violadores y pirómanos en juicios en los que no entendía ni una sola palabra. Contemplé el rostro de David Hume en un retrato, y la cafetería y el hotel donde J.K. Rowling dio a luz a Harry Potter, a Voldemort y a mi personaje favorito: Severus Snape. También escuché el sonido del viento escocés. Ya lo decía Louis Stevenson, con el que tengo tanto en común, cuando añoraba the belching winter wind, the missile rain, the rare and welcome silence of the snows, the laggard morn, the haggard day, the night.... y que alguien tradujo como "el viento vomitante del invierno, la arrojadiza lluvia, el infrecuente y bienvenido silencio de las nieves, la mañana tardía, el día macilento, la noche..."

Como dicen los británicos, the rest is just history. Y precisamente esa historia se puede resumir en una sola palabra: Ignacio. Yo acababa de terminar primero de Derecho en Madrid, y él cuarto en Deusto. La historia sería de película si nos hubiéramos enamorado, pero la vida real es lo que es y no nos gustábamos. Él se lió con una belga rubia con nombre de sirena mientras yo suspiraba por otro español que nunca me hizo caso. En definitiva, nuestra relación fue de amistad y, por mi parte, de cuasi-vasallaje. La lealtad también runs in our family, y corre como la sangre. Así que, en uno de esos días en los que fui a su habitación a hablar de todo y de nada, le conté que quería dejar la carrera, que aquel viaje era mi despedida, que pensaba alejarme del boni iuris -o buen derecho- y entregarme a otros menesteres.

-Pero si solo llevas un año- me dijo, pragmático- ¿Qué harías en vez de esto?
Me recordó a mi madre con su ¿y qué más
-No lo sé, pero hay algo en el Derecho que no me engancha. 
Ignacio me evaluó un momento.
-¿Aceptarías un consejo?
Asentí con la cabeza. Hubiera aceptado lo que fuera.
- No te va a gustar.
Sonreí, pero él me miró muy serio.
- Estudia hasta las tantas, apréndete las leyes de memoria, deja el Código Civil encima de la mesita de noche y recítalo como una oración. Obsesiónate con las normas, con sus palabras y las conjunciones que las unen. Hazlo aunque sea por el simple placer de sacar sobresalientes. Deja que te consuma, que te queme aquí- se puso en la mano en el corazón- Mira, Patricia, cualquiera puede estudiar esta carrera. Dentro de tres años, en las prácticas, verás, como yo he visto, a abogados de poca monta que tienen en sus manos el tiempo de vida de la gente. A jueces que no tienen pasión por la ley y que deciden el futuro de otros. Otros que son gente normal, gente ni buena ni mala que, en un momento, en ese spur of the moment, toman una mala decisión y se joden la vida. Nos puede pasar a todos, supongo. Pero ahí está la Justicia, implacable, como el último coletazo de lo que años atrás fueron las regalías de la Monarquía. 
Me quedé con esa palabra, con regalía, la buscaría más tarde. Ignacio, consciente de su desvío, retomó el rumbo de la conversación. Era, y es, de esas personas que saben a dónde van cuando están hablando, un tipo de persona que escasea, muy a mi pesar.
-Por eso, tienes que apasionarte. Solo así serás buena y dominarás el lenguaje. Pero una verdadera pasión se tiene que alimentar con el trabajo. Puede que ahora no lo veas así porque tus primeras impresiones en la Facultad no han sido buenas. Pero, espérate. Quizá, en este curso un profesor, o una asignatura te hagan soñar. Espérate, espérate, espérate. Ten paciencia. En un año no se pueden juzgar los vastos campos del Derecho.

Esperé. Y, como bien sabéis, estudié como también dicen los ingleses "burning the midnight oil", es decir, "hasta medianoche" o "hasta las tantas". Oteé esos vastos campos -quizá demasiado extensos como para decir que "estudié", un verbo que denota minuciosidad- y me apasioné. Caí de rodillas ante el lenguaje, consciente del poder que te otorga el conocimiento de las normas, y las posibilidades que te brindan.

A día de hoy sigo inmersa en esos campos. Muchas veces tengo ganas de mandarlo todo a la mierda y hacerme profesora de yoga, para qué negarlo, pero entonces escucho ese espérate, espérate, espérate. Y retomo mi eterno canto de normas fatuas -legisladores, apúrense más.

:) Como siempre, gracias por leer hasta el final.
Abrazos infinitos desde mi torre de marfil.


Comentarios

  1. Pat, gracias. Hoy necesitaba leer algo así :) Yo también tuve mi particular "espérate". ¡Cuánto te entiendo! Y gracias a haberme esperado, te conocí y a una pequeña y particular rama del Derecho que me apasiona. Y tú, por tu parte, descubriste que hay muchas que te apasionan. ¡Estás muy cerca de la meta, amor! Recuerda que, como yo, siempre podrás practicar yoga en tu tiempo libre :) Muchísimo amor <3 :*

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    1. Pero ya te sabías la historia, amor de mis amores. Os la conté en Dover, me acuerdo perfectamente del momento. (; te echo de menos.

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  2. Aprendí hasta las conjunciones.
    Estudiaba ilusionado (y trabajaba todo el día) y Derecho me parecía lo más hermoso del mundo.
    Yo era muy inocente.
    Fui pasando los cursos hasta que me licencié y entonces descubrí la verdad.
    Una cosa es el Derecho aquí y otra en otros países, ya sé que también hay países peores, pero lo de aquí no tiene nombre.
    Los mejores cerebros no llegarán a los más altos tribunales si no se prostituyen antes delante de los partidos políticos.
    Sinceramente yo veo la composición de los más importantes tribunales y me dan ganas de llorar.
    Separación de poderes, perdona un momento (jajajjajjaajajaajjajajjajajjajajjjaaajaaj)... deberían estar todos inhabilitados a perpetuidad... y no porque destrocen la justicia o vomiten sobre el derecho, y no porque desanimen a cualquiera que tenga ojos en la cara....no, en mi caso es más concreto, a mí me han robado la vida.
    Si yo llego a saber a los 18 años lo que significa ser abogado en este país jamás hubiera estudiado Derecho.
    Jamás.
    Si pudiera volver a mis 18 años estudiaría cualquier otra cosa, algo técnico, algo en lo que los sinvergüenzas , con toga y sin toga, no pudieran destrozar, no sé, filosofía, psicología, algo que a esos depredadores no les interesara lo más mínimo ya que no hay mucho dinero para llevarse.
    Pero ya es tarde.
    Ya me jodieron bien.
    Y no hablo por hablar no, he visto cosas que aún no ha prescrito y no pienso ni escribirlas aquí pero sí que te digo que hay más dignidad en el interior de las cárceles que en muchos tribunales de este país.

    Besos.

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    1. Pero habrás salvado a muchos de las trampas (o las garras) de la ley. Y eso algo tiene que compensar, no?
      Un abrazo con forma de cielo, Xavi

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  3. Vine con tiempo y te leí y a Toro también.
    Poco puedo aportar yo en este tema, que desconozco totalmente.
    Eso sí, me gustan las series de abogados jajajaja ¿Sirve?
    Espérate, espérate, espérate... Al final, resultó ser un buen consejo...
    Mil besos Pat.

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    1. Cuáles ves? Jjj por compartir pasatiempos. A mí me encanta SUITS!

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  4. Lo ideal para hacerte una idea es hacer prácticas y ver las cosas de primera mano y luego poder hablar con alguien que tenga experiencia, no obstante aún así cualquier cosa es casi como lanzarse al vacío puesto que con los años el ejercicio de cualquier profesión suele cambiar, porque los tiempos cambian.

    Pero mejor estudiar algo que te motiva de entrada puesto que para decepcionarse siempre habrá tiempo.

    Besos.

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    1. Creo que hasta que no se tomen en serio una asignatura como "Educación para la ciudadanía", nadie sabrá lo que es el Derecho antes de pisar una facultad. De las prácticas mejor no hablemos. Hay de todo.
      Por desgracia cada vez me encuentro con más gente que odia lo que hace. Sea lo que sea. ¿Qué nos pasa? ¿Sabemos lo que queremos? Esa frase tan mítica de Vicky Cristina Barcelona, en la que Scarlett Johansson dice "no se lo que quiero, pero esto no", es súper habitual entre mis compañeros. Tenemos insatisfacción crónica.

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  5. No hay que resistir a toda costa. No sigas consejos, sigue tu corazón. Si te dice que no , no insistas. Da igual lo que te diga tu amigo. Me suena a que se justifica a sí mismo porque tampoco lo tiene muy claro, pero no me hagas caso.
    Estudia y haz , lo que te guste o te arrepentirás toda tu vida. Escúchate a ti!!!
    Un abrazo and good luck

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    1. Tienes muchísima razón. Pero entonces, qué. Qué hacemos!
      Abrazos,
      Pat

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  6. No voy a quitarle a Ignacio un ápice de razón, y buen sentido, cuando te sugirió el espérate, ..., ...!

    Y a ti, la perseverancia puesta en ello.

    Marfil o alabastro, no creas que estás tan distante de la base :)))))... de todos los demás!

    Un placer, como siempre, leer calidad y claridad.

    Abrazos Pat.

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    1. Perseverancia es una palabra que me define bien. Gracias Ernesto. Y que sepas que la torre no es muy alta. Esta encima de las ramas de un árbol, bien enraizado en la tierra.
      Abrazos, y gracias por tus palabras siempre amables
      Pat

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  7. Te he leído en el post que ya no está.
    Espero que sea solamente literatura y nada real.

    Buen verano.

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    1. A veces se me olvida que me he prometido escribir aquí solo cosas positivas. Prefiero dejar el pesimismo para tiempos mejores jjj (; gracias por el mensaje, Xavi. Lo agradezco mil.
      Abrazos y buen verano para ti también!
      Pat
      PD: ¿Inés, Helena o Eurídice?

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  8. Qué peligro tiene cuando la lealtad aparece tan cerca del vasallaje (aún más peligroso si es cuasi-vasallaje, porque éste me suena a que sale de nosotros mismos).
    Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias ¿no? Sólo diría que en ese esperar debemos estar alerta, no vayamos a caer en la resignación, que es mala compañera para cumplir nuestros sueños.

    Llegar tarde me ha permitido leer también a Toro Salvaje. Me entristece esa visión de la Justicia, por más que le crea. Y como soy una ilusa empedernida, me alegra pensar que personas como vosotros dos estéis en ese mundo, porque la Justicia necesita de personas comprometidas con los valores más que con el dinero o el poder, de personas que desean un mundo diferente. No sé si compensan las pequeñas acciones que puedan reconciliarnos con la Justicia, pero desde mi ser ilusa creo que en ellas radica la esperanza.

    En cuanto a tu texto, ¿qué quieres que te diga? Me engancha tu forma de relatar, hablas de lo profundo con una liviandad envidiable y siempre llego al final queriendo más.

    Millones de abrazos

    PD: Me quedé con ganas de leer "La belleza o la soberbia". En mi opinión, no deberías limitarte en lo que escribes. Si un texto nace sus razones tendrá...
    Besos

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    1. Cómo me gustan tus comentarios, Alís. Tienes toda la razón con el cuasi-vasallaje. Diría que además de autoimpuesto era buscado, pues pasé muchos años buscando un guía vital, incapaz de interpretar mis propias inquietudes. Tuve la suerte de que Ignacio me animase a perseverar e insistir, y también a no resignarme ante los primeros fracasos. Más que nada porque, a día de hoy, yo misma le daría un consejo similar a un estudiante de Derecho. Espérate. Espérate y lucha. Sin resignación. Lo bueno que tiene el Derecho es que sus campos son tan amplios como la vida. Nada escapa de sus hilos invisibles. El que compra un billete de metro, el que camina por un Ayuntamiento y sufre un funesto resbalón, el diseñador que pinta de rojo la suela de sus zapatos o el publicista que utiliza una canción de Buena Vista Social Club. Ninguno de ellos puede escapar. Por eso creo que cualquiera puede encontrar un hueco, aunque la carrera en sí sea bastante árida (por eso recomiendo siempre hacer los dobles grados, en mi caso, Políticas).

      Por otro lado, y en cuanto a la Justicia, creo que hay mucho margen de mejora. Entiendo bien a Toro. Quizá algún día los idealistas ganemos la batalla. Estoy segura de que, pese a su comentario, Toro habrá sido la única esperanza de personas que, sin saber muy bien cómo, un día rompen uno de esos hilos invisibles y deben rendir cuentas en un idioma que no conocen. Un juicio por un accidente de tráfico puede ser el ejercicio más descorazonador cuando te das cuenta de que el demandado no entiende lo que le preguntan, tiembla, no sabe expresarse con claridad, se autoinculpa sin saberlo...
      :))
      En fin. Y en lo que dices del texto que eliminé, soy la peor censora que verás por Blogspot! Quizá lo retome y lo rehaga un día que saque un huequito.

      Millones de abrazos y millones de gracias por todas las cosas bonitas que dices de mis textos. Me alegra tanto poder compartir con vosotros estas reflexiones. Este espacio, esta pequeña comunidad es un regalo.

      Pat

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