Aguaparties del siglo XXI
Hay tres desconocidos en calzoncillos bailando en nuestra casa. Rondan los cuarenta años. Son las tres de la mañana. No sé si llamar a mi madre suplicando ayuda, contarle toda la verdad y nada más que la verdad o denunciarles por allanamiento de morada. Es julio y hemos venido a Mojácar a pasar una semana juntas. Estos hombres han aparecido entre los arbustos del jardín trasero de la casa alquilada, se han metido hasta la cocina y huelen a alcohol desde lejos. Sin embargo, y contra todo pronóstico, mis amigas están entusiasmadas con la ocupación y nadie, salvo yo, parece estar enumerando los peligros a los que nos exponemos. Suena Juan Magán. - Parvati, te cogemos tu maquillaje. Entorno los ojos desde el sofá. Sí, han decidido maquillar al más perjudicado de nuestros invitados.Veo desde la distancia su entusiasmo con mi anti-ojeras de Yves Saint Laurent y murmuro un maleficio. Bea parece divertirse la que más. Le marca las cejas, le echa mi base y mis polvos y, por último, le