Oh capitán, mi capitán.
- ¡P! Un seis con ocho. Me entregó el examen y volví a mi sitio tratando de pasar desapercibida. El flequillo sobre la cara, el paso corto, apresurado. Fue imposible. Escuché el murmullo de "P, un seis con ocho". Luego, el miedo. "Si ella ha sacado un seis con ocho, que Dios nos pille confesados". Avalancha de cincos y seises, murmullo generalizado. Vuelta al cotilleo: "Y P, un seis con ocho". No miré a Profesor en toda la hora. Tampoco miré el examen. Tres preguntas: Tema a desarrollar, definiciones y una fotografía. Las dos primeras, clavadas. Ni una coma fuera de su sitio, ni una definición inventada. Miss Nueves, decían, escribía inspirada por los dioses.Y ahora, ¡un seis con ocho! Madre mía. "Lo está pasando mal, es normal. Un tumor, un ex, una sombra, amigos que ya no son amigos, el tío ese que se fue del colegio con el que dicen que se lía, mucha música de la Winehouse. Es el declive, es la futura Europa". Y yo, Miss Nueves, la ...