Brillante, divertida, hilarante, única. (The Guardian, sobre una escena de mi vida).

La tutora entró en la clase con sonrisa abierta, falda de pompa, cabello voluminoso. – ¡Ya tenemos excursión de fin de curso! Notición. Éxtasis. Adolescentes apretados en sus dieciséis años. Desmayados, atrevidos, furiosos, ásperos, tiernos, liberales, esquivos . La imaginación de las niñas por encima del simple daydreaming. Nada nos hacía más felices que soñar encuentros y desencuentros, vestidos para el día y la noche, el pijama de Oysho, la radio, las chanclas, la toalla, el jersey de invierno. ¿A dónde iríamos? Decían que Roma había sido descartada porque, pese al aura papal que desprendía, un curso fueron cuarenta y volvieron cuarenta y uno. ¿Atenas, quizá? ¡Ay, la Hélade! Los murmullos se sucedían. Pilar, la profesora de Griego, podría hacer de guía por las calles que vieron nacer a la democracia. Ninfas, efebos danzantes, caderas de cariátides. Otros, más conocedores de los mapas, decían Beirut, Macao, Kioto, Pretoria. Los más prudentes, Barcelona. L...