¡Pip, pip!
El Sena desfilaba impasible sobre ella. El cielo, soleado, la daba los buenos días. Laura había contratado un pequeño barco que hacía tours por el Sena. Había comprado los 5 asientos de su barquito, por lo que disfrutaba de total intimidad con París. Encendía un cigarrillo. De repente, su móvil sonó y en pantalla apareció "Nuevo mensaje". Laura no necesitaba saber el remitente. Simplemente, era Él. Dió una calada, dos, tres. Echó el humo y dió un beso a la pantalla del móvil. Su carmín rosado se impregnó en ella. Después (y asegurándose de que el conductor no la veía), tiró su móvil al agua. Su pasado se despedía de ella, y ella de Él. Y su respuesta al mensaje era sú último beso.